A través de las frases escritas, se tiene más tiempo de dibujar el pensamiento. Se es más coherente y concreto. Se trata de un autoanálisis. Mirarse de dentro hacia afuera. Observar detenidamente lo que se tiene y lo que te rodea. El fin?... que tu entorno trabaje contigo para ser más efectivos.
El típico error cuando se exteriorizan los pensamientos es no tomar en cuenta el entorno. Las expresiones, los silencios, el tono, terminan en entropía con la verdad. Son enemigos mayúsculos de una conversación cotidiana. Entre más conoces los tonos, o los crees conocer, terminas percibiendo mensajes erróneos. Porque se juzga el parecer y no lo que es. Cada conversación debería ser tomada como única y no scanearla con una anterior, pues ensucia el mensaje. Todos son ideales, pero no está de más intentarlo. Si se tira para el mismo lado y se habla de la misma manera todo fluye mejor.
Entre lo que me gustaría destacar es lo siguiente. Hay que tener siempre claro que cuando un pensamiento diverge con otro no debe siempre tender a convergir. Una línea no siempre es recta. Sus puntos están unidos y cada uno tira para donde quiere, eso sí, siempre unidos siendo siempre línea. Se puede divergir y llegar al final a un acuerdo. Sólo es estar de acuerdo, querer llegar allí.
Como ven la cabeza me vuela, pero hay dejarla volar para enfocarse. Y se debe escribir, para recordar lo que se piensa. Se dice que entre más uno se conoce, mejor hombre se convierte (me suena a inventado) Aquí no se trata ni de ser mejor o peor, es de escribir, reír y volver sonreír. Porque la vida está es para eso, para ser feliz y disfrutarla al máximo. El dominio de la mente está al final del entendimiento de la misma. Estoy en el proceso.
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