Hay que cola!
Durante los años me he dado cuenta que tengo un grado de paciencia bastante alto, osea que este episodio a punto de experimentar no me agitaba. Yo pensaba, esperar 5 horas despierto, de pie, haciendo fila, no lo había hecho pero no me sonaba a tragedia.
La siguiente inquietud que vino a mi mente ya caminando hacia el Registro Civil y recorriendo la calle Montera (lugar de trabajo de las mujeres de vida alegre) fue: ¿Si voy a hacer fila es por que seguro hay más gente o sino para qué hacer fila? Obviedad desatinada pues segundos después, nos encontramos mi esposa y yo, con el portón a nuestra disposición.
Eramos los primeros en llegar, buen estímulo para la espera del día. Si éramos los primeros en llegar, seguro seríamos los primeros en salir. Los 5 grados centígrados al aire libre, me daban la talla. Y mi esposa ni se diga, por su cara el frío no la asustaba ni un poquito.
Tanta buena cara se debía a la debida preparación para tan hermoso día, más preparados que azafata en el despegue. Llevamos un termo lleno de té, doble pantalón, doble medias, saco, chaqueta y guantes.
Claramente a los 20 minutos de nuestro arribo siguieron nuestros pasos los demás ciudadanos urgidos por realizar un trámite en el Registro Civil Central de Madrid. De los cuáles tengo un especial agradecimiento al Chino con su móvil y su música, al Peruano perdido que empezó hacer la fila delante mío pensando que yo era el último, la Pereirana por su folclor en la sangre, El Africano borracho mostrando sus papeles al policía y el policía impotente de reacción a este gesto, y finalmente al Español borracho quien hablaba con el viento un lunes a las 6 am.
Y así transcurrieron 5 horas...
Finalmente, sigo pensando que las colas en este país son un asunto serio. Si se protestaba en Colombia por la fila del banco, no le recomiendo a nadie sacar un Registro Civil en España. Eso sí, de todo se aprende y se goza. Por último, comprobé una cosa "Al que madruga... Dios le ayuda señores" Verdad Princess!
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