“Lo que existe pero no conoces, no hace parte de tu realidad; pero a penas lo conoces, se converge en la verdad” Carlos Alberto Vega M.
Ya me imagino la cara de cada uno de los eufóricos, diciendo: “Este man se enloqueció” Pues si, algo así sucedió. Les contaré la historia.
Devolvámonos 8 años atrás, imagínense un día entre los primeros de febrero. En el año de 1999. El sol, como usualmente lo hace, estaba ubicado en su plaza de las 11 a.m. Un día normal y corriente en la mejor Universidad de Colombia, La Sabana (Obvio). El lugar, la cancha de fútbol (en aquel entonces no tenía precio, ahora tiene precio, 100 millones pero sigue igual) invadida por primíparos ávidos de tiempo libre y con ansias de cumplir con la norma de hacer una complementaria.
El primer contacto visual con el disco fue decisivo. Bueno admito que parte del crédito se lo lleva los colores de los entonces discos de la universidad, naranja y amarillo fluorescente. Pero además de eso, la energía emanada por los ultimeros de aquel entonces era fantástica. Acompañados eso sí de nuestro amado profesor de aquél entonces, “Belisario”. El viejo Beli se lleva su mérito. La elección de la complementaria, fue la mejor. Cuantitativamente los resultados a través de estos años excelentes: varios nacionales ganados, equipos únicos... pero...
En fin... esa fue mi realidad señores, a partir de aquél día se marcaría historia en mi vida, conocí el disco y aún no lo he soltado.
Ese fueron mis inicios y ahora hablemos de la actualidad.
Hasta hace una semana eso que creía logros, Paganello los sintetizó como años de aprendizaje. Me di cuenta, que para ser parte de la Élite hay que trabajar duro y parejo, la meta es alcanzable pero aún falta varios premios de montaña de primera categoría.
Pues si, señoras y señores, la siguiente frase encierra un poco mi lección:
“La realidad no debe ser más que un telón de fondo” Oscar Wilde
Esa realidad de la que tanto hablo, fue Rimini. Fue dimensionar la calidad del ultimate en el mundo. Rimini, marcó un antes y un después. Ver naciones dedicadas a esto, especialistas, locos encaminados por un mismo fin, y cada uno de ellos convocados en la misma arena. Queridos hermanos, te tuesta la cabeza y al mismo tiempo te llena de motivos para seguir por el camino y entrenarse cada día más duro.
Hombre... es inimaginable lo vivido, pero trataré de explicarme para transportalos a las tierras de Julio César.
La historia fue la siguiente: Me entrené fuertemente cuatro meses para ello, pasé el corte de un equipo de señores jugadores, en todo el sentido de la palabra. Pruebas físicas, estadísticas, primíparo, en fin... Se trabajo y se obtuvieron resultados, normal... así se dan las cosas. Luego el trabajo con Colombia fue algo más complejo, no pude llegar a los dos primero partidos (ni explico este punto porque sólo me pasa a mí). De ahí en adelante todo fue un progreso, empezar a conocer a tus jugadores, sus movimientos, sus virtudes... pero claro... esto mientras juegas con gente que llevaba entrenando juntos mínimo un par de meses más lo vuelve un poco complejo. Nosotros a penas nos conocimos ese primer día. En conclusión el resultado es positivo, a pesar de salir con un dedo fracturado del pie el cuál sólo me impidió faltar a un partido (porque puede más el amor a una camiseta y a un país que el quinto dedo del pie) Paganello estuvo estupendo. El modo Rec sirve y más si grabas a señores que te lanzan el disco hasta con las pestañas, en contra del viento y haciendo un huck.
Aunque el pasado es una historia valiosa y hace parte del jugador que soy, pasó a ser eso. Ahora toca seguir grabando y practicando, con el fin de construir una nueva historia a partir de una realidad antes desconocida.
Transmisión finalizada...
Ya me imagino la cara de cada uno de los eufóricos, diciendo: “Este man se enloqueció” Pues si, algo así sucedió. Les contaré la historia.
Devolvámonos 8 años atrás, imagínense un día entre los primeros de febrero. En el año de 1999. El sol, como usualmente lo hace, estaba ubicado en su plaza de las 11 a.m. Un día normal y corriente en la mejor Universidad de Colombia, La Sabana (Obvio). El lugar, la cancha de fútbol (en aquel entonces no tenía precio, ahora tiene precio, 100 millones pero sigue igual) invadida por primíparos ávidos de tiempo libre y con ansias de cumplir con la norma de hacer una complementaria.
El primer contacto visual con el disco fue decisivo. Bueno admito que parte del crédito se lo lleva los colores de los entonces discos de la universidad, naranja y amarillo fluorescente. Pero además de eso, la energía emanada por los ultimeros de aquel entonces era fantástica. Acompañados eso sí de nuestro amado profesor de aquél entonces, “Belisario”. El viejo Beli se lleva su mérito. La elección de la complementaria, fue la mejor. Cuantitativamente los resultados a través de estos años excelentes: varios nacionales ganados, equipos únicos... pero...
En fin... esa fue mi realidad señores, a partir de aquél día se marcaría historia en mi vida, conocí el disco y aún no lo he soltado.
Ese fueron mis inicios y ahora hablemos de la actualidad.
Hasta hace una semana eso que creía logros, Paganello los sintetizó como años de aprendizaje. Me di cuenta, que para ser parte de la Élite hay que trabajar duro y parejo, la meta es alcanzable pero aún falta varios premios de montaña de primera categoría.
Pues si, señoras y señores, la siguiente frase encierra un poco mi lección:
“La realidad no debe ser más que un telón de fondo” Oscar Wilde
Esa realidad de la que tanto hablo, fue Rimini. Fue dimensionar la calidad del ultimate en el mundo. Rimini, marcó un antes y un después. Ver naciones dedicadas a esto, especialistas, locos encaminados por un mismo fin, y cada uno de ellos convocados en la misma arena. Queridos hermanos, te tuesta la cabeza y al mismo tiempo te llena de motivos para seguir por el camino y entrenarse cada día más duro.
Hombre... es inimaginable lo vivido, pero trataré de explicarme para transportalos a las tierras de Julio César.
La historia fue la siguiente: Me entrené fuertemente cuatro meses para ello, pasé el corte de un equipo de señores jugadores, en todo el sentido de la palabra. Pruebas físicas, estadísticas, primíparo, en fin... Se trabajo y se obtuvieron resultados, normal... así se dan las cosas. Luego el trabajo con Colombia fue algo más complejo, no pude llegar a los dos primero partidos (ni explico este punto porque sólo me pasa a mí). De ahí en adelante todo fue un progreso, empezar a conocer a tus jugadores, sus movimientos, sus virtudes... pero claro... esto mientras juegas con gente que llevaba entrenando juntos mínimo un par de meses más lo vuelve un poco complejo. Nosotros a penas nos conocimos ese primer día. En conclusión el resultado es positivo, a pesar de salir con un dedo fracturado del pie el cuál sólo me impidió faltar a un partido (porque puede más el amor a una camiseta y a un país que el quinto dedo del pie) Paganello estuvo estupendo. El modo Rec sirve y más si grabas a señores que te lanzan el disco hasta con las pestañas, en contra del viento y haciendo un huck.
Aunque el pasado es una historia valiosa y hace parte del jugador que soy, pasó a ser eso. Ahora toca seguir grabando y practicando, con el fin de construir una nueva historia a partir de una realidad antes desconocida.
Transmisión finalizada...
Comments
yq ue cuando nos pegamos unos rones...cachaco...